//¿Quién es Tyler Durden?

¿Quién es Tyler Durden?

La pantalla en negro deja escuchar un sonido acuoso que cede ante la fritura típica del acetato y un par de acordes de una tonadilla antigua. Con un rayón de púa de tocadiscos, se monta en su lugar una percusión electrónica que parece bullir en un entramado de neuronas como cableado de fibra óptica, sinapsis que da paso a estructuras moleculares, tejidos en claroscuro, flashazos eléctricos, un zoom back vertiginoso desde el centro mismo de su mente retorcida hasta la superficie del cráneo sudoroso, gotitas de angustia se ciernen por un sinfín de folículos, bajan por la frente entre las cejas a la nariz y, mientras la música parecería ir en reversa, chocan con el cañón de la pistola insertada a fuerza en su boca. Sus ojos, reventados a golpes, gritan sin pestañear.

JACK (voz en off)
La gente siempre me pregunta si conozco a Tyler Durden…

Sala del último piso de un rascacielos / Interior / Noche
Frente a un gran ventanal que da a un horizonte de rascacielos, Tyler Durden, alto, fornido y apuesto (Brad Pitt) mantiene una pistola en la boca de Jack, enjuto, más pequeño, visiblemente golpeado (Edward Norton) que permanece sentado, amarrado a una silla, de espaldas a la ventana.

TYLER
Tres minutos… Se acabó… Nivel cero.
¿Quieres decir algunas palabras para remarcar la ocasión?

JACK
(balbucea con el arma entre los dientes)
Mm… aaae… oefff…

JACK
(voz en off)
Con el cañón de un arma entre los dientes solo se pueden balbucear vocales.

Tyler saca la pistola de la boca de Jack, cuyo perfil delata una fractura del tabique.

JACK
(como quien escupe)
¡No puedo pensar en nada!

Tyler le da la espalda y camina hacia el ventanal.

JACK
(voz en off)
Por un segundo olvidé por completo la demolición controlada de Tyler y me preguntaba
‘qué tan limpia estará el arma’ (se relame, hace arcadas).

TYLER
(arrimándose al marco de la ventana)
Esto se pone emocionante…

JACK
(voz en off)
Ese viejo dicho que siempre lastimas a la persona que más amas…
Bueno, funciona en ambos sentidos.
(regresa a ver a Durden).
Tenemos asientos en primera fila para este teatro de destrucción masiva. El comité de
demoliciones del Proyecto Mayhem envolvió las columnas principales de una decena de
edificios con gelatina explosiva. En dos minutos, las primeras cargas estallarán
y unas cuantas manzanas quedarán reducidas a escombros humeantes.

El gran ventanal deja ver el perfil de los rascacielos que serán detonados.

JACK
(voz en off)
Yo lo sé… porque Tyler lo sabe.

A su espalda, Tyler mira hacia afuera.

TYLER
Piensa en todo lo que hemos logrado (revisa su reloj de bolsillo).
Dos minutos y medio…

JACK
(voz en off)
De repente me doy cuenta de que todo esto, el arma, las bombas, la revolución, tienen
algo que ver con esa chica, Marla Singer.

Pantalla en negro.

¿Cómo llegamos a este momento?

Jack —cuyo nombre nunca se menciona en el filme— es un oficinista promedio en un mundo atiborrado de consumo y rutina. Debido a su insomnio recurrente acude a terapias grupales de apoyo a enfermedades, en las que finge dolencias para compartir con sus miembros. En uno de esos grupos conoce a Marla Singer, una mujer depresiva y extravagante que hace lo mismo que él para paliar su triste existencia.

La vida monótona de Jack toma un giro cuando, al regreso de un viaje de trabajo, conoce a Tyler Durden, un extraño fabricante de jabones a quien acude luego de encontrar su departamento en llamas. Después de compartir unas cervezas, Tyler acepta recibir a Jack en su casa, ubicada en una zona industrial, con una sola y singular condición: que lo golpee con todas sus fuerzas. Así, en medio de un estacionamiento, comienza el Club de la Pelea (The Fight Club), un grupo clandestino, una suerte de hermandad que rápidamente suma adeptos —aburridos, abrumados, ansiosos por sentirse vivos entre tanta civilidad gris— que se reúnen en sótanos para pelear.

Cuando Jack cree haberlo perdido todo y enfrenta una espiral descendente en un submundo que desconoce, teme y, a la vez, parece anhelar, Marla le cuenta que se ha tomado una caja entera de somníferos, y como él no le da importancia, es Tyler quien va en su ayuda. A partir de entonces, ambos —Marla y Tyler— comienzan una relación enfermiza que alterna entre escandalosas sesiones sexuales y agrias escenas de desencuentro.

Mientras tanto, el Club de la Pelea se ha extendido por varias ciudades y Tyler, convertido ya en un personaje de culto en las calles, le da un rumbo aún más macabro: convierte su casa en una fábrica de explosivos domésticos y recluta miembros del Club, a quienes somete a una disciplina brutal y adoctrina en contra del statu quo, para integrar el proyecto Mayhem, que consiste en la detonación secuencial de una serie de edificios donde reposan registros de compañías de tarjetas de crédito, con el fin de causar caos en el sistema financiero.

Sin embargo, cuando Jack descubre el plan e intenta detener el atentado, alguien lo confunde con Tyler y lo lleva a descubrir un detalle que puede cambiar el curso de todo…

Habitación de hotel / Interior / Día
Jack entra a la carrera. Bordea la cama y toma el teléfono. Marca de memoria y espera.

INTERCORTE A:

Habitación de Marla / Interior / Día

MARLA
(contesta el teléfono)
¿Sí?

JACK
Marla, soy yo… ¿alguna vez lo hemos hecho?

MARLA
(con extrañeza)
¿Hacer qué?

JACK
¿Alguna vez hemos tenido sexo?

MARLA
(con evidente enfado)
¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?

JACK
(con tono insistente)
¿Es estúpida porque la respuesta es “sí” o porque la respuesta es “no”?

MARLA
(con indignación)
¿Es un truco?

JACK
No, Marla, necesito saberlo…

MARLA
¿Quieres saber si pienso que solo fue sexo o si hacíamos el amor?

JACK
(desconcertado)
¿Hicimos el amor?

MARLA
(con sarcasmo)
¿Así es como lo llamas?

JACK
(subiendo el tono de voz)
¡Solo responde a la pregunta!, Marla, ¿lo hemos hecho o no?

MARLA
(enfadada)
¡Primero me lo haces y luego me botas; me amas, luego me odias! ¡Me muestras tu lado sensible y después te conviertes en un completo idiota! ¿Te parece una buena descripción de nuestra relación, Tyler?

JACK
(balbucea)
¿Qué dijiste?

MARLA
¿Qué pasa contigo?

JACK
(grita)
¿Cómo me llamaste?, ¡di mi nombre!

MARLA
(también a gritos)
Tyler Durden, ¡Tyler Durden, maldito desquiciado!, ¡Qué está pasando?, voy este rato a tu casa…

JACK
(desesperado)
¡No, Marla!, ¡espera, no vayas para allá!

Marla cuelga y Jack se queda pasmado en la habitación del hotel. Una vorágine de ideas se agolpan en su mente, la respiración se entrecorta, la ansiedad se vuelve angustia en el borde de su garganta.

A su espalda, sentado en un sillón, con un abrigo de plumas y grandes gafas, Tyler lo increpa.

TYLER
Rompiste tu promesa.

JACK
(saliendo del pasmo)
¡Jesús!, Tyler…

TYLER
Le hablaste de mí, ¡mierda!, te pedí que no le hablaras nunca de mí.

JACK
¿Qué mierda está pasando aquí?

TYLER
Te pedí una sola cosa, una cosa muy sencilla…

JACK
¿Por qué la gente piensa que soy tú? ¡Respóndeme!

Tyler se quita las gafas molesto. Lo mira desafiante.

TYLER
(con gesto displicente)
Siéntate.

Jack camina hasta el pie de la cama y se sienta frente a Tyler.

JACK
Respóndeme, ¿por qué la gente piensa que soy tú?

TYLER
(lo mira con cierta picardía)
Creo que ya lo sabes…

JACK
No, no lo sé.

TYLER
(se regodea)
Claro que lo sabes… ¿por qué alguien podría confundirte conmigo?

JACK
No… no lo sé…

Una serie de imágenes vuelan a su mente, primeros planos como flashazos, indicios ocultos en su propia memoria. Tyler lo mira entre divertido y fastidiado.

TYLER
(con una sonrisilla)
¡Sí lo sabes!

JACK
No.

Más imágenes irrumpen en su cabeza, brotan como burbujas, situaciones, instantes que pasó por alto pero ahora empiezan a cobrar sentido.

TYLER
(lo reta)
Vamos, dilo.

JACK
(con miedo)
Porque…

TYLER
Dilo.

Jack lo mira, primero con resquemor, luego de frente. Ya no lo intuye, ahora lo sabe.

Para llegar a la sala del último piso del rascacielos, donde Jack permanece atado a una silla con el cañón de una pistola entre los dientes a manos de Tyler Durden, aún falta.

Hasta tanto, Black Francis lo detiene todo con un rotundo “stop” y Pixies comienzan a rasgar una guitarra acústica que se esconde bajo una percusión que explota como los edificios del sistema financiero.

¿Where is my mind?

Diablo Kiteño
La Franciscana, 2016
Fotos tomadas de Internet

2017-10-24T18:52:57+00:00